miércoles, 22 de febrero de 2012

La Poesía Lírica en el Barroco

 


El barroco tanto en la literatura como en otros ámbitos artísticos,  es conocido como el estilo y modo de plantear el mundo y el arte. El mismo se desarrolla en España específicamente en el siglo XVII y llega después del Renacimiento, de su consumación, agotamiento formal y moral. La lírica barroca representa la ruptura del equilibrio renacentista, estuvo marcada por la actitud de desánimo y la búsqueda de nuevos estilos; los temas reflejaron las inquietudes de la época: la crítica de las costumbres, la fugacidad de la vida, el desengaño o la muerte.

Luis de Góngora
 Dentro de este movimiento surgieron dos corrientes: el culteranismo y el conceptismo. La primera llamada también Gongorismo, cuyo iniciador fue el poeta cordobés Luis Carrillo de Soto Mayor y su figura resaltante Luis de Góngora, fue un movimiento que se basó en una escritura culta y aristocrática amante de los latinismos, la ruptura de la sintaxis mediante violentos hipérbatos, las imágenes complejas de gran plasticidad y la referencias mitológicas. En su obra se distinguen dos tipos de poemas: los poemas cultos y los poemas tradicionales. La segunda tendencia, el conceptismo, fue una modalidad del barroco literario español  caracterizado por el enrevesamiento de las ideas, los pensamientos, los conceptos, es decir, refinamiento del fondo (significado). Su más destacado representante fue Francisco de Quevedo, cuya poesía se presentó muy variada; en ella se aborda el amor, la sátira de las costumbres, la religión, los hechos del momento.

En síntesis, la lírica del barroco recogió las inquietudes que presidían la sociedad de la época, así pues se tiene que tanto el conceptismo como el culteranismo pretendieron una expresión de complejidad mediante acciones ingeniosas. El conceptismo centró su ingenio en el juego de ideas o conceptos (qué decir) por lo que tendió a la concisión expresiva, a la brevedad, el lenguaje elíptico con el uso de metáforas y el culteranismo buscó un lenguaje poético diferente de la lengua común (cómo decir las cosas), acumulando muchos recursos expresivos, persiguió la brillantez formal y presentó una realidad embellecida mediante metáforas e hipérboles difíciles; además su léxico fue cultista, imitan la sintaxis latina y hace muchas alusiones mitológicas.